El FC Barcelona femenino no muestra su mejor versión en Lisboa y un solitario gol de Stina Blackstenius rompe el sueño culer.
El cuadro de Pere Romeu no ha podido culminar su temporada con el broche de oro. En el Estádio José Alvalade, y ante más de 38.000 espectadores, el conjunto azulgrana cayó por la mínima (1-0) frente a un Arsenal que se coronó como nuevo campeón de Europa, dieciocho años después. Fue un partido complicado para las azulgranas, que no mostraron su mejor versión, y pese a dominar y apretar con todo en el tramo final, no consiguieron superar la muralla inglesa. Un solitario tanto de Blackstenius bastó para que las gunners dieran la gran sorpresa y alzaran su segunda Champions League femenina.
Dominio inglés y apagón blaugrana
Desde el inicio, el Arsenal mostró un plan muy claro: presión alta, intensidad y asociaciones rápidas en campo contrario. Durante toda la primera parte, las de Renée Slegers superaron al Barça en casi todos los aspectos del juego. McCabe y Mead fueron una pesadilla constante por las bandas, y solo las intervenciones de Cata Coll evitaron que el marcador se moviera antes. Las azulgrana, por su parte, no encontraban los espacios. Aitana y Patri intentaban conducir, pero las inglesas llegaban antes a todos los balones divididos. En ataque, ni Pajor ni Pina consiguieron generar verdadero peligro más allá de un disparo al larguero de esta última en el 48’.
Solo en los últimos minutos del primer tiempo el Barça empezó a despertar tímidamente. La posesión se tornó más azulgrana, y aparecieron algunas llegadas con cierto peligro, como un buen disparo de Aitana desde la frontal que desvió la defensa a córner. Pero seguía faltando claridad y precisión en el último pase. La sensación era que, si el Barça quería levantar su cuarta Champions, tendría que cambiar radicalmente su versión en la segunda mitad. Porque hasta ese momento, el Arsenal había sido mejor y lo demostraba en cada duelo y en cada carrera.
Castigo y sin remontada
La segunda parte arrancó con otra cara. El Barça salió más enchufado, se instaló en campo rival y empezó a encerrar al Arsenal. La entrada de Salma Paralluelo por Pina le dio más profundidad al equipo, y Ona Batlle se animó con varios disparos desde fuera del área. Las ocasiones llegaban, pero Van Domselaar firmó un partido sobresaliente en la portería inglesa. Cuando más cerca parecía el gol azulgrana, llegó el golpe que cambió todo. Minuto 75, Alexia falla en la salida de balón, Mariona recupera y combina con Mead, que asiste a Blackstenius. La sueca no perdonó y jarro de agua fría para las blaugranas.
A partir de ahí, fue un asedio culé. Graham lo intentó una y otra vez por banda derecha, Salma chocó contra una defensa que no cedía ni un metro y hasta la propia Alexia se volcó en ataque buscando redención. Pero el tiempo corría en contra. Se añadieron siete minutos, que se jugaron prácticamente en el área del Arsenal, con hasta cinco saques de esquina consecutivos y una falta no señalada sobre Graham dentro del área que pudo cambiar el desenlace. Pero la pelota no quiso entrar, y el Barça terminó hincando la rodilla pese a su arreón final.
Fin del sueño
Con el pitido final, se desató la fiesta inglesa en el césped del José Alvalade. Las jugadoras del Arsenal celebraron junto a su afición una noche histórica. Kim Little, la capitana, alzó la copa al cielo de Lisboa y firmó así la segunda Champions League en la historia del club londinense, que no ganaba el título desde 2007. Fue también el broche perfecto para una Mariona Caldentey que, tras diez años en el Barça, cambió de aires y terminó siendo clave en el triunfo de su nuevo equipo. Para el Barça, queda la decepción y la certeza de que el fútbol no siempre premia al favorito.
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