El árbitro polaco anuló el penalti de Julián Álvarez por doble toque ante el Real Madrid. En el VAR estará Pol van Boekel, un viejo enemigo azulgrana.
La hora de la verdad. Ya ha llegado la semana más importante de toda la temporada para el FC Barcelona. Este martes los de Hansi Flick se enfrentarán al Inter de Milán en la vuelta de las semifinales de Champions, mientras que el domingo recibirán al Real Madrid. Con el primer título en el bolsillo de los tres en juego, el conjunto azulgrana sueña con volver a repetir un triplete histórico.
La primera parada del sueño culé es el Giuseppe Meazza. Una auténtica final tras el 3-3 del partido de ida en Montjuïc. Y es que esta gran cita estará arbitrada por Szymon Marciniak, considerado como el mejor del mundo y Europa durante la temporada 2022- 2023.
Sin embargo, la figura de Marciniak no está exenta de controversia. El colegiado polémico anuló el famoso penalti del colchonero Julián Álvarez por el doble toque en la eliminatoria de octavos de final de la Champions, en una jugada en la que se negó a ir a revisar la acción al VAR.
También ayudó al Real Madrid en temporadas anteriores. Se le recuerda por el Real Madrid-Bayern (2-1) de la vuelta de semifinales de la Champions 2023-24 cuando su asistente levantó el banderín sin dejar acabar la jugada al marcar Matthijs de Ligt el gol que forzaba la prórroga.
La designación de Marciniak por la UEFA para este partido crucial ha sido recibida con escepticismo, considerando las polémicas anteriores en las que se ha visto involucrado, como el vídeo en el que se le puede ver en el vestuario con un neceser del Real Madrid.
Más madera en la designación del VAR
Por si no hubiera ya polémica con la designación arbitral, el neerlandés Pol van Boekel será el asistente de VAR del neerlandés Dennis Hingler. Ambos formaron pareja de VAR en la última visita culé a la capital lombarda, que envió a los de Xavi a la Europa League en la temporada 2022-2023.
En esa ocasión, Slavko Vincic, con Van Boekel en el VAR, anuló un gol de Pedri por una presunta mano previa de Ansu Fati, a pesar de que el contacto fue involuntario y tras un rebote del portero Onana.
Más adelante, ya en el tiempo añadido, el Barça reclamó un penalti por una mano dentro del área de Denzel Dumfries tras un centro de Dembélé, evitando el remate de Ansu Fati. La jugada no fue revisada en el monitor y no se sancionó la infracción, pese a que la mano del defensor neerlandés parecía clara y antinatural.
Pese al resultado del partido de ida y a la designación arbitral, el Barça buscará ganar en Milán para estar en una final de Champions 10 años después y soñar de nuevo con el triplete.
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