El FC Barcelona encara una semana decisiva con la vista puesta en el regreso a su estadio. Este jueves, 21 de agosto, una delegación de la UEFA ha visitado las instalaciones del Spotify Camp Nou para comprobar el estado actual de las obras y valorar si el recinto puede albergar partidos oficiales de la Champions League esta misma temporada.
La visita no es casual. El club trabaja a contrarreloj para tener a punto la nueva estructura del estadio y poder disputar cuanto antes los partidos como local en su casa, dejando atrás el Estadi Olímpic de Montjuïc. Pero para que eso ocurra, antes debe completarse un procedimiento clave: la obtención del Certificado Final de Obra, que debe ir acompañado de la licencia de primera ocupación por parte del Ayuntamiento de Barcelona.
Las obras avanzan a ritmo frenético, con actividad ininterrumpida de lunes a sábado y turnos de trabajo de hasta 24 horas. El objetivo: llegar a tiempo para que el Barça-Valencia, previsto para el fin de semana del 14 de septiembre, se juegue ya en el Camp Nou. Sin embargo, desde el club saben que la clave no está únicamente en los plazos deportivos, sino en la respuesta que ofrezca la UEFA tras su inspección.
El club aprieta, pero la UEFA no cede
Por si acaso, el Barça ya ha movido ficha y ha solicitado a la UEFA jugar la primera jornada de la fase de grupos como visitante, ganando así una semana extra para terminar los últimos detalles. Sin embargo, el organismo europeo no ha aceptado la petición.
Ante este escenario, el club ha activado el plan B: se ha asegurado la disponibilidad del Estadi Olímpic de Montjuïc hasta finales de febrero de 2026, en caso de que el Camp Nou no cumpla con los requisitos a tiempo. No obstante, desde la dirección azulgrana confían en que el informe de la UEFA sea positivo y que el regreso al templo culé sea una realidad antes de lo previsto.
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