Montjuïc albergó un auténtico partidazo que el FC Barcelona encaraba con optimismo tras el buen arranque de curso, pero a pesar de las bajas de Dembélé y Doué, no pudo superar al equipo de Luis Enrique.
Los primeros 10 minutos sirvieron para enfriar el ambientazo en Montjuïc, ya que ni Barça ni PSG no propusieron nada. Sin embargo, la calma duró poco: en el 11 del primer tiempo, Zabarnyi estuvo cerca de meter el primer gol de los visitantes, en una jugada de córner. A partir de ahí, el duelo enloqueció.
A partir del primer cuarto de hora, después de una ocasión clara de os Ferran, el Barça empezó a sentirse más cómodo. Minutos después, en el 19 de la primera mitad, el valenciano abrió la lata para los culés en una jugada que dejó un poco en vilo a la afición, porque en primera instancia parecía fuera de juego y el VAR tuvo que confirmar la diana.

Luego, el equipo de Luis Enrique tuvo buenos minutos y gozó de muchas ocasiones. El técnico asturiano estaba muy nervioso en la banda. En el minuto 37, en una jugada rapídisima de contragolpe que los de Flick no supieron defender, Mayulu marcó el gol del empate y enmudeció el Lluís Companys. Los franceses se crecieron, mejoraron en intensidad y estuvieron a punto de marcar el segundo.
El Barça no aguanta frente a un PSG muy superior
En el segundo tiempo, los culés ya no presionaban con la misma agresividad, y los de Lucho se gustaban dominando la posesión del balón, hasta el punto que la cosa se igualó en todas las facetas del juego. A pesar de las numerosas bajas de sus cracks, el PSG hizo un muy buen papel. El conjunto catalán estuvo bastante fallón en las líneas del centro del campo y de ataque, pero Gerard Martín, Cubarsí y especialmente Eric García estuvieron atentos en defensa.
A la hora de partido, los locales recuperaron su fútbol y las tuvieron de todos los colores para adelantarse de nuevo en el marcador. Cuando el encuentro llegaba a la recta final, ambos entrenadores sacaron toda su pólvora: Lewandowski entró por parte de los culés, y Gonçalo Ramos en las filas de los parisinos.
El delantero portugués puso la guinda sobre el pastel marcando el gol definitivo que rompía el empate (1-2), tras una segunda mitad magnífica del PSG. Los futbolistas se retiraron a vestuarios al término de un partidazo que evidenció la situación del Barcelona: muy competitivo, pero le falta para superar y ganar al campeón de Europa.
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