El Barça reaccionó tras el descanso y firmó una gran remontada con un final agónico
El Barça volvió a ganar en Europa y se impuso al Olimpia Milán por 74-72, con un Clyburn sobresaliente. Una victoria sufrida, pero más que necesaria para un equipo que aún no había encadenado dos triunfos consecutivos en lo que va de temporada. Los azulgranas firmaron una mala primera mitad, flojos en defensa y desacertados en ataque, pero dos triples consecutivos en los últimos instantes cambiaron el rumbo del partido. En la segunda parte, el conjunto de Peñarroya mejoró, sobre todo en defensa, y acabó remontando para sumar una victoria que devuelve la confianza al equipo.
Primera parte
El Barça volvió a sufrir de un mal arranque de partido y el Milán le endosó un primer parcial de 0-7, que hizo temer lo peor al Palau. La primera canasta culé no llegó hasta pasados los tres primeros minutos de juego, después que Vesely cogiera un gran rebote y provocara un 2+1, que pareció revivir al conjunto de Peñarroya. Los azulgranas reaccionaron, y mejoraron en ataque y en defensa, hasta ponerse a un punto de los italianos (9-10). Momento en el cual el técnico visitante quiso cortar la buena dinámica con el primer tiempo muerto del partido.
Algo que realmente no ocurrió y el Barça ya no se descolgó del marcador. La mejora defensiva propició un cambio en el juego de los culés y trajo consigo una mejora en el ataque. Clyburn y Satoransky fueron los más destacados y mantuvieron al equipo a un punto del Milán buena parte del cuarto. Pese a ello, el Barça acabó los primeros diez minutos fallando tiros claros, lo que supo aprovechar el conjunto italiano para acabar el cuarto 5 puntos arriba (14-19).
En el segundo cuarto, el Barça mantuvo una dinámica similar y seguía sin poder recortar distancias. El Milán estaba sabiendo contener las ofensivas culés, mientras que los de Peñarroya volvían a mostrar fragilidad en defensa. Uno de los grandes momentos de la noche lo protagonizó Brooks, el 12 del Milán, con un mate espectacular que incluso el Palau supo reconocer con aplausos.
El pabellón azulgrana estalló de nuevo contra los árbitros después de que se sancionara con tres tiros libres un leve contacto de Parra en defensa, mientras que, en la jugada anterior, no se señaló una clara falta del Milán en el ataque culé. El conjunto italiano estaba consiguiendo mantener su ventaja en el marcador y el Barça estaba acusando mucho su desacierto en el rebote defensivo.
A partir de ahí, los azulgranas comenzaron a gestionar mal sus posesiones, lo que el Milán aprovechó para abrir la mayor brecha en el marcador hasta el momento, poniéndose once arriba a falta de un minuto para el descanso. Pero, casi de manera milagrosa y totalmente in extremis, con una buena defensa y dos triples consecutivos, el Barça logró recortar seis puntos y marcharse a los vestuarios tan solo cinco abajo (36-41).
Segunda parte
El Barça debía salir con todo para no repetir lo ocurrido ante el Zalgiris, y realmente cumplió. Los de Peñarroya mostraron una versión renovada y mejoraron claramente tras el paso por vestuarios. En el primer ataque, Punter, que hasta el momento estaba siendo el menos acertado, anotó una gran canasta, y Vesely, con un triple, puso al equipo a solo dos puntos. El Milán también respondió, pero un 2+1 de Clyburn, tras un robo suyo, volvió a situar al Barça a un punto. El Palau enloqueció y empezó a creer en la victoria.
El partido entró entonces en un gran ritmo anotador, con ambos equipos mostrando su mejor versión de cara al aro. Transcurridos siete minutos de cuarto, llegó el momento más esperado por la afición: Un triple de Satoransky, ponía al Barça por delante en el marcador por primera vez en todo el partido. El Palau Blaugrana explotó de alegría y dejó claro a sus jugadores que estaba disfrutando con lo que veía en la pista. Los azulgranas mantuvieron el nivel y cerraron el cuarto con un gran triple de Punter que dejaba al equipo tres puntos arriba (64-61).
El Barça iba bien encaminado, pero necesitaba cerrar el partido por todo lo alto para sumar una victoria de peso que devolviera la confianza en Europa. Y la cosa empezó bien. El conjunto culé se mostró sólido en defensa, con un gran tapón de Willy que evidenció la mejora del equipo en esa faceta. El Olimpia, por su parte, no se rindió y, a falta de siete minutos, igualó el marcador a 65, presagiando un final de infarto.
En el tramo final del partido, las defensas se impusieron. Hubo pocos puntos y mucha tensión en un Palau que se dejó la voz alentando a los suyos. A menos de tres minutos para el final, el marcador seguía igualado. Fue entonces cuando apareció Clyburn, que se vistió de héroe para anotar una gran canasta sobre la bocina y poner al Barça cuatro arriba a falta de 29 segundos.
El Milán pidió tiempo muerto y la jugada le salió perfecta: en apenas cuatro segundos, los italianos anotaron un triple que los acercaba a un solo punto. En el ataque siguiente, Shengelia provocó una falta personal y fue a la línea de tiros libres. Anotó el primero, falló el segundo, y el marcador quedó con el Barça dos puntos arriba y con 16 segundos por jugar.
La última posesión fue para el Milán, que buscó un triple para llevarse el partido, pero la defensa culé sacó su mejor versión y negó cualquier intento de acercarse al aro, sellando así una gran y sufrida victoria (74-72).
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