Igual que en galas del The Best anteriores, Leo Messi fue uno de los encargados de votar, y sus elegidos han levantado ampollas
La FIFA hizo públicas las votaciones de Leo Messi en la última edición de los premios The Best. Estos se dan lugar gracias a su condición de capitán de la selección argentina, y una vez más sus elecciones no pasaron desapercibidas. En concreto, hay muchos aficionados blaugranas que han sentido una especia de sentimiento de traición tras saberse dichas elecciones.
En la categoría de Mejor Jugador del Año, Messi alineó su decisión con el veredicto final de la gala. El rosarino ubicó en el primer lugar a Ousmane Dembélé, reconociendo la temporada consagratoria del extremo francés, con quien compartió vestuario durante su etapa en el FC Barcelona. En segundo lugar, colocó a Kylian Mbappé, actualmente figura del Real Madrid y uno de los grandes referentes del fútbol mundial, mientras que el tercer puesto fue para Lamine Yamal, la joven joya del Barça. Este último voto volvió a reflejar la confianza y admiración de Messi por la irrupción del talento juvenil en la élite, señalando al canterano azulgrana como una de las grandes promesas del futuro.

Eso sí, este gesto fue tomado por algunos aficionados como poco generoso con los culés. Muchos reclaman que Lamine debería haber sido el ganador o que Raphinha y Pedri deberían estar en sus votos. Esta última indignación es la representación perfecta de la falta de objetividad y polarización que vivimos en el mundo del futbol. Al fin y al cabo, el gran perjudicado de guiarnos por colores y dejar de reconocer los méritos es el producto y los premios cada vez menos creíbles.
En cuanto al Mejor Entrenador del Año, el capitán argentino también eligió al ganador del premio. Su voto principal fue para Luis Enrique. El asturiano fue el artífice de una brillante temporada al frente del Paris Saint-Germain. El segundo lugar fue para Hansi Flick, actual técnico del FC Barcelona, y el tercero para Mikel Arteta, entrenador del Arsenal. Una terna que refleja estilos ofensivos, protagonismo con balón y proyectos sólidos, conceptos históricamente ligados a la carrera futbolística de Leo Messi.

En la votación al Mejor Portero del Año, Messi volvió a coincidir con el consenso general. Colocó en el primer lugar a Gianluigi Donnarumma, seguido por su compatriota Emiliano “Dibu” Martínez, y completó el podio con Thibaut Courtois. Aunque el arquero argentino no retuvo el galardón, el respaldo de su capitán reafirma su prestigio y peso dentro del fútbol internacional, aunque a veces parezca más producto del marketing que otra cosa.
Más allá de los votos de Messi, la gala dejó otra noticia destacada para Argentina con el Premio Puskás. Este fue para Santiago Montiel, futbolista de Independiente, gracias a su espectacular chilena ante Independiente Rivadavia. Con este logro, Montiel se convirtió en el tercer argentino en ganar el galardón, tras Erik Lamela y Alejandro Garnacho, en una curiosidad que se mantiene. Lionel Messi, pese a su histórica carrera, nunca pudo obtener este premio, habiendo estado nominado en varias ocasiones.

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