Desde que el centrocampista regresó de su lesión, solo ha sumado 30 minutos entre los diez encuentros en los que ha sido convocado.
Ha pasado mucho tiempo desde que Bernal sufrió una grave lesión que paró en seco una proyección arrolladora. De hecho, en la previa del Clásico, el canterano declaró su decepción en una entrevista con Betevé: «Pasé de vivir un sueño a estar a cero.» El de Berga apuntaba a ser el heredero de Busquets para ser el motor del primer equipo del FC Barcelona y recibió todo un varapalo.
Así se lo hizo ver Hansi Flick que, rápidamente apostó por el canterano para llevar las riendas del centro del campo. El germano le dio confianza durante su llegada en pretemporada hasta el punto que en liga se hizo titular indiscutible. Pero la dichosa rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda frenó la irrupción de una auténtica joya.
De la ilusión a la cautela
Un año más tarde, el de La Masía ya se ha recuperado y tuvo sus primeros nueve minutos del curso en la cuarta jornada de LaLiga frente al Valencia en el Johan Cruyff. Sin embargo, debido a la exigencia de la visita al Saint James’s Park de Newcastle, la falta de ritmo del canterano y la poca diferencia en el marcador, fue convocado, pero no llegó a pisar el césped.
La Champions no parecía idónea para arriesgarse a una recaída, pero tres días más tarde y pese a golear al Getafe, Bernal permaneció sentado en el banquillo de principio a fin. El técnico bávaro gastó los cinco cambios, pero quiso seguir cauto en el proceso de reincorporar al centrocampista culé.
El equipo no ayuda
Flick también gastó las sustituciones ante el Oviedo donde Araújo decidió el choque en el minuto 88. El 1-2 del Carlos Tartiere era muy incierto y a partir del tercero sí pudo darse el gusto de que la afición blaugrana desplazada a Asturias pudiera ovacionar a Pedri. Esa fue la función del mirlo durante el minuto que saltó junto a Christensen.
Contra la Real Sociedad vio como Casadó repetía el gesto de relevar al canario en las postrimerías del encuentro. Mientras Dro partía en el once inicial y luego Dani Olmo lo sustitutía en la segunda parte. La inseguridad del 2-1 no invitaba a que Bernal participara frente a los txuri urdin y con el PSG nada hacía pensar lo contrario.
Más pronto que tarde
Sin embargo, y fruto del desarrollo del partido, fue el cuarto elegido para entrar al terreno de juego. De nuevo por un Pedri exhausto y con once minutos por delante, pero sin suerte para salvar el empate que Gonçalo Ramos transformó en tres puntos para Luis Enrique y los suyos. Tras aquella cita europea, ni en el estropicio del Sánchez Pizjuán ni en la victoria épica con el Girona tuvo la oportunidad.
Tuvo que esperar de nuevo a la Champions y otra vez por Pedri, para aprovechar diez minutos en el contexto de un rival poco exigente como Olympiacos en inferioridad numérica. Nada que ver con el Real Madrid en el Santiago Bernabéu donde ya eran palabras mayores en boca de su propio entrenador: «no está en su mejor nivel para los grandes partidos.» Pero, teniendo en cuenta las bajas, la expulsión del jugador de Tegueste y el desgaste de Frenkie De Jong…lo mismo Bernal empieza a tener mucho más protagonismo.
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