La noche del 25 de noviembre en Stamford Bridge fue un punto de inflexión para el FC Barcelona. Lo que parecía una derrota más en un gran escenario europeo acabó convirtiéndose en el detonante de una reacción que ha devuelto al equipo de Hansi Flick a lo más alto. Aquel Chelsea 3-0 Barça no solo dejó un resultado duro, sino también una sensación de alarma que despertó al vestuario.

El partido empezó con un guion engañoso. El Barça salió bien y Ferran Torres tuvo un mano a mano clarísimo en el minuto cinco que pudo cambiarlo todo. No lo hizo. A partir de ahí, el encuentro se torció sin remedio: autogol de Koundé, expulsión de Ronald Araújo antes del descanso y un equipo condenado a resistir con diez jugadores durante más de una parte. Stamford Bridge fue un baño de realidad. El Barça no solo perdió, sino que por primera vez en 53 partidos se quedó sin marcar, rompiendo una racha histórica.
La derrota tuvo consecuencias inmediatas. En Champions, el Barça cayó a posiciones de ‘playoff’ y las dudas regresaron tras tropiezos recientes ante PSG y Real Madrid. Sin embargo, lejos de hundirse, Hansi Flick utilizó el golpe como punto de partida.
7 victorias seguidas desde Stamford Bridge:
Desde aquella noche en Londres, el Barça ha encadenado siete victorias consecutivas en todas las competiciones, mostrando una versión mucho más sólida y competitiva. La reacción arrancó en Liga ante Alavés y Atlético, siguió con un partidazo en el Benito Villamarín, con hat-trick de Ferran Torres, y tuvo un momento simbólico en Champions: el doblete de Koundé ante el Eintracht Frankfurt, una auténtica reivindicación tras su autogol en Stamford Bridge.

Más allá de los resultados, el cambio fue estructural. El Barça recuperó solidez defensiva, repartió goles y ganó carácter en momentos clave. La gestión de Flick también fue decisiva, con rotaciones inteligentes y una lectura clara del calendario. El técnico alemán supo esperar a piezas clave que regresaban de la enfermería.
El factor lesiones fue clave para entender el antes y el después. Durante el mes de noviembre, volvieron jugadores fundamentales como Lewandowski, Joan García o Raphinha, cuyo impacto fue inmediato. A ellos se les sumó la mejora de las molestias de Lamine Yamal, que aportaron frescura y desborde, y el gran nivel de jugadores como Pedri o Eric Garcia que hacían que el juego del Barça fluyera como nunca esta temporada.
Hoy, a 22 de diciembre, el Barça es líder de La Liga con cuatro puntos de ventaja y campeón de invierno. En Champions, ha recuperado terreno y ganando los dos partidos que le quedan podría evitar el playoff. Mirando atrás, Stamford Bridge ya no es solo una noche negra, sino el lugar donde todo empezó a cambiar. A veces, un golpe es justo lo que un equipo necesita para reaccionar. Y este Barça lo entendió a tiempo.

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