Después de 909 días lejos de su estadio, el Barça volvió a casa en una tarde cargada de emoción, simbolismo y un ambiente que recordó por qué el Camp Nou es mucho más que un escenario deportivo
Volver al Camp Nou significó regresar a un lugar que define al barcelonismo. Tras más de dos años y medio jugando lejos de su hogar, el reencuentro se vivió como una mezcla de nostalgia y entusiasmo. Aunque el estadio sigue en proceso de renovación y muchas zonas permanecen a medio construir, desde el primer instante se respiró la esencia del viejo coliseo azulgrana. Era evidente: el Barça había vuelto a casa.
El duelo ante el Athletic se convirtió en una auténtica celebración. A pesar del clima festivo, Hansi Flick temía que las emociones pudieran relajar a su equipo. Pero la respuesta sobre el césped fue inmediata. Los jugadores salieron con intensidad, decididos a dominar, presionar y dejar claro que la vuelta al Spotify Camp Nou tenía que sellarse con una victoria. No ganar no era una opción emocionalmente asumible.
El partido ofreció un recital: cuatro tantos, asistencias brillantes de Lamine Yamal, definiciones contundentes de Ferran Torres y Lewandowski, y la energía inagotable de Fermín López. Entre jugadas y celebraciones, también se desarrollaron pequeñas historias que contribuyeron a hacer la tarde todavía más especial. Con 45.000 aficionados y una zona VIP repleta de personalidades, no faltaron momentos curiosos y anécdotas dignas de destacar.
La improvisada «grada» de los obreros
El gol norte presentaba un aspecto inusual: completamente vacío. Los accesos aún no están terminados y esa parte del estadio no puede llenarse de público. Sin embargo, la escena tuvo su toque pintoresco: varios operarios, con chalecos reflectantes y posturas relajadas, observaban el partido desde uno de los mejores asientos posibles.

Un palco lleno de caras conocidas
El regreso atrajo a figuras de todos los ámbitos. El palco registró una asistencia excepcional con nombres como el alcalde Jaume Collboni, el conseller Berni Álvarez, el president del Parlament Josep Rull, familiares del legendario Joan Gamper, expresidentes como Joan Gaspart, artistas como Estopa y Bizarrap, además del ministro Ernest Urtasun, entre muchos otros.
También acudió una representación destacada del Barça Femení, acompañadas por su entrenador Pere Romeu, antes de su compromiso ante el Levante. Entre ellas estaban Ona Batlle, Sidney Schertenleib y Pajor.

Flick sorprendió con el once
La alineación sorprendió a todos. Ninguna previa contemplaba la idea de ver a Eric García como pivote ni a Gerard Martín formando en el eje de la defensa. La confirmación del once generó un efecto inmediato de sorpresa en la prensa y en los jugadores del Athletic Club. Para Martín fue un estreno peculiar: debutar en la posición de central, en un partido oficial y en el regreso al Camp Nou. La apuesta de Flick funcionó y su actuación fue sólida.
Nico Williams, en el ojo del huracán
Si hubo un jugador visitante que sintió la presión del público, ese fue Nico Williams. Su renovación inesperada con el Athletic, mientras su entorno hablaba con el Barça, dejó heridas en el club azulgrana. Bastó con que su nombre sonara por megafonía para que el estadio estallara en silbidos. Cada balón que tocaba era acompañado por una nueva oleada de pitos, e incluso se escuchó un irónico “Nico, quédate” desde un sector de la grada. Su sustitución fue, sin duda, el momento con más decibelios del encuentro.

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