El lateral ha demostrado ser capaz de suplir con garantías la banda izquierda ante la baja de Balde. Además de cumplir con creces, ha dado la talla hasta ser de los más destacados en partidos de alta exigencia como frente al Inter y Real Madrid.
Si a Gerard Martín le llegan a decir que jugaría unas semifinales de la Champions League, como titular del FC Barcelona, a principios de año, probablemente no lo hubiese creído. Si a eso le sumas que formaría parte del once que aseguró LaLiga contra el Real Madrid en Montjuïc, hablaría de una utopía. Pero, por fortuna tanto para él como para el Barça, dicho sueño se ha hecho realidad.
Cabe recordar que el lateral hace prácticamente dos días se enfrentaba a los que actualmente son sus compañeros de vestuario. No hace tanto que el zaguero defendía la camiseta del Cornellà en Copa del Rey ante los azulgrana. Un buen trabajo que le llevó a ser un indiscutible en los planes del filial entrenado por Rafa Márquez. Lógico pues que su rendimiento le abriera las puertas del primer equipo donde Flick vio en él al reemplazo de Balde.
Bien es cierto que sus primeras apariciones sembraron dudas. Aunque lejos de rendirse, la lesión de su amigo le concedió una oportunidad que está aprovechando a las mil maravillas. Una ocasión inmejorable en un escaparate de vértigo como unas semifinales de Champions. El Inter de Dumfries; prueba de fuego. Había opciones de quemarse y así pasó. El neerlandés, con un doblete en el Lluís Companys salió victorioso de ese duelo en el flanco izquierdo culé.
No se rinde y va a más
Sin embargo, en otra muestra de superación, Gerard Martín se reivindicó en Pucela. Solo tres días más tarde, una asistencia suya a Fermín le daba los tres puntos a un FC Barcelona que sufrió más de lo esperado contra el Valladolid. Tres puntos de oro y MVP para casa. Por si fuera poco, de nuevo la responsabilidad de detener al extremo holandés en el Giuseppe Meazza.

Totalmente mentalizado de entrada, la misión parecía cumplida hasta que su marca encontró a Acerbi para el fatídido 3-3. Puede que fallara Araújo, puede que él…Sea como fuere, sus asistencias a Eric García y Dani Olmo, se fueron al limbo y terminaron en lágrimas en sus ojos. Una tristeza de la que se tuvo que sobreponer en seguida con la visita del Real Madrid. Ya con Balde convocado, Flick confío con razón en el de Esplugues y este fue un puñal por su carril durante el primer tiempo. Cambiando ese llanto de abatido por el de alegría del campeón.
Deja un comentario