Tras un año de su vuelta, Gavi está totalmente recuperado y quiere volver a ser protagonista como lo fue en sus primeros pasos en el primer equipo.
Ante el FC Seoul volvimos a ver otra gran actuación de Gavi, mostrando al mundo entero que su mejor versión está de vuelta, o incluso aún por llegar. Tras una temporada de transición, en la que volvió de su grave lesión en los cruzados, este segundo curso de Hansi Flick parece ser el indicado para la reivindicación del ‘Golden Boy’. El mediocampista está al 100%, sabe que va a ser importante para el técnico alemán y sobre todo tiene una hambre enorme para volver a ser protagonista en el equipo.
La temporada pasada fue entrando en el equipo poco a poco, con mucho cuidado para evitar una posible recaída, y acabo la temporada en plenas condiciones pero alternando el banquillo con la titularidad. Gavi ahora quiere asentarse como titular indiscutible en el equipo, una tarea para nada fácil viendo la feroz competencia en el centro del campo culé, pero un reto para el cual está preparado y sobre todo altamente motivado. El canterano tiene la confianza total de Hansi Flick, quien se ha rendido en numerosas ocasiones ante Gavi, tanto por su actitud como por su calidad.
Y es que una de las grandes falacias que circulan en torno a Gavi es que solo es un jugador con garra y corazón, algo muy lejos de la realidad. El andaluz es todo eso, actitud, corazón, entrega y garra, pero también es un futbolista supertécnico, con visión de juego y con una calidad impresionante. El de Los Palacios lo lleva demostrando toda su vida, desde que era un niño en la Masía, hasta ahora en los mejores estadios del planeta. Flick lo sabe de sobras, y el alemán, como el propio jugador, está convencido que este año todos van a ver la mejor versión de Gavi.
El canterano, pese a sus 20 años (a punto de cumplir 21), es todo un líder en el vestuario. Su voz está autorizada para todo y cuando Gavi habla, todos escuchan. En el partido contra el FC Seoul, pudimos ver en la segunda mitad al futbolista luciendo el brazalete de capitán, lo que reafirma la posición del sevillano dentro del vestuario. Tras el partido, reconoció que fue todo un honor para él y que le encantaría portarlo más a menudo. La realidad es que le sentó de maravilla, en tan solo media hora fue el líder del equipo y logro anotar un auténtico golazo para poner el 2-6 en el marcador.
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