A tres días de las semifinales de Champions en Montjuïc, el conjunto de Inzaghi acumula tres derrotas seguidas, bajas clave y una preocupante sequía goleadora.
El Inter de Milán aterrizará este miércoles en Barcelona inmerso en su peor momento de la temporada. Lejos de la solidez que lo llevó hasta semifinales de Champions, el equipo de Filippo Inzaghi llega a la cita contra el Barça con más sombras que luces. Acumula cuatro partidos sin ganar, tres derrotas consecutivas y 270 minutos sin marcar un solo gol. Un panorama que despierta dudas justo antes del partido más importante del curso.

El bajón de rendimiento ha sido notable. Desde la victoria frente al Cagliari el pasado 14 de abril, el Inter no ha vuelto a sumar de tres. Peor aún, la Roma lo derrotó en Serie A y lo puede dejar sin el liderato. Mientras que el Milan lo eliminó de la Copa de Italia, apagando cualquier ilusión de doblete doméstico.
La crisis deportiva se agrava por los problemas físicos que han golpeado al equipo. Benjamin Pavard y Marcus Thuram, dos piezas clave en el once de Inzaghi, son seria duda para el duelo de ida en el Estadi Olímpic Lluís Companys. Thuram, tocado desde la vuelta ante el Bayern, no ha entrenado con el grupo, mientras que Pavard sufrió una lesión muscular reciente frente a la Roma.
La única buena noticia para los italianos es la recuperación de Dumfries y Zielinski, que han vuelto a entrenar con normalidad y podrían estar disponibles para el choque.
Mientras el Barça saborea su reciente título de Copa del Rey y sueña con el triplete, el Inter llega desgastado y mermado, con la necesidad de cambiar el chip y reaccionar a tiempo. La Champions es su último gran frente. Pero para imponerse en Montjuïc, tendrá que reencontrar el gol, la confianza… y su identidad.
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