Un Mónaco muy sólido tumbó la resistencia culé, que buscará igualar los cuartos de final de Euroliga y robar el factor campo.
El FC Barcelona de baloncesto comenzó con mal pie su eliminatoria de cuartos de final en la Euroliga 2024-25 al caer de forma contundente ante el AS Mónaco por 97-80 en el Stade Louis II. Los azulgrana, dirigidos por Joan Peñarroya, ofrecieron una buena imagen durante la primera mitad, pero fueron completamente superados tras el descanso por un conjunto monegasco mucho más físico, eficaz y equilibrado.
Una mala segunda mitad condemna al Barça
El Barça logró mantenerse en la pelea durante los dos primeros cuartos, llegando al descanso solo dos puntos abajo (44-42). Sin embargo, en el tercer cuarto se rompió el partido: el Mónaco subió la intensidad defensiva, explotó las pérdidas culés —hasta 18 balones perdidos en total— y encontró una fluidez ofensiva que contrastó con la espesura del conjunto blaugrana. El parcial tras el descanso fue un contundente 53-38, lo que refleja el dominio local en la segunda mitad.
Uno de los puntos negros del partido fue la escasa circulación de balón por parte del Barça: solo 11 asistencias en todo el encuentro, un dato impropio de un equipo que acostumbra a generar muchas situaciones de ventaja mediante el pase. A esto se le sumó una actuación muy gris de algunas de sus piezas clave, especialmente en el apartado defensivo y de toma de decisiones.
Además, el encuentro estuvo marcado por la expulsión del base Tomas Satoransky al inicio del último cuarto, tras cometer una falta antideportiva sobre el joven Matthew Strazel. La acción, interpretada como una maniobra peligrosa, provocó la intervención de los árbitros y generó tensión en ambos banquillos. Posteriormente, el jugador del Real Madrid, Vincent Poirier —ajeno al partido— avivó la polémica con una publicación en redes sociales en la que tildó a Satoransky de “jugador sucio haciendo cosas sucias”, desatando un debate en el entorno del baloncesto europeo.
Objetivo tras el partido
Con la serie al mejor de cinco partidos, el Barça se ve obligado a reaccionar de inmediato. El segundo encuentro se disputará mañana, viernes 25 de abril, nuevamente en el principado, a las 19:00 (hora peninsular española), y será retransmitido en directo por el canal #Vamos de Movistar+. El objetivo es claro: igualar la serie antes de regresar al Palau Blaugrana, donde se disputarán los partidos tres y, si fuera necesario, cuatro.
Para ello, el Barça necesitará mejorar sensiblemente su capacidad de gestión del balón y aumentar su nivel de intensidad en ambos lados de la cancha. Jugadores como Jabari Parker, Kevin Punter y Jan Vesely deberán dar un paso al frente y marcar la diferencia, especialmente ante un rival tan atlético y bien organizado como el Mónaco, que volvió a demostrar por qué es uno de los aspirantes serios al título continental.
Joan Peñarroya fue claro en rueda de prensa:
Nos superaron en físico, en intensidad, y fueron mejores en ambos lados de la pista. Tenemos que aprender rápido y responder con carácter.
El técnico no dio pistas sobre posibles cambios en la rotación, pero se espera que nombres como Justin Anderson, Joel Parra o Brizuela tengan un papel más relevante en el segundo choque.
El Barça se juega más que un partido mañana: se juega mantener viva la ilusión de alcanzar la Final Four de Berlín, y demostrar que este proyecto aún tiene mucho que decir en Europa. La presión es máxima, pero también lo es la ambición de un equipo que quiere reivindicarse en el momento clave de la temporada.
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