El Barça Atlètic pierde la categoría pese a ganar en la última jornada ante Unionistas (2-1).
El filial azulgrana ha consumado este sábado su descenso a Segunda RFEF, una categoría que no pisaba desde hace casi dos décadas. Pese a imponerse por 2-1 ante Unionistas de Salamanca en el Estadi Johan Cruyff, los resultados de la jornada no acompañaron y la victoria resultó insuficiente para sellar la permanencia en Primera Federación.
El equipo de Sergi Milà, cierra así una temporada irregular, marcada por las bajas constantes, la inestabilidad en el once y una falta de contundencia en partidos clave. Con 45 puntos en el casillero, los azulgranas se vieron superados en el tramo final por rivales directos.

Un golpe duro para la cantera
El descenso del filial no solo es un revés deportivo, sino también estructural para el proyecto formativo del club. Competir en Segunda RFEF supone una pérdida de nivel competitivo que puede afectar al crecimiento de los jóvenes talentos que aspiran a dar el salto al primer equipo.
Jugadores como Marc Guiu, Marc Casadó, Unai Hernández o Héctor Fort han tenido minutos con el primer equipo, pero su desarrollo podría verse condicionado al competir en una categoría menos exigente. Además, el club deberá tomar decisiones importantes respecto a cesiones, renovaciones y restructuración de la plantilla para afrontar con garantías la próxima temporada.
La dirección deportiva ante un nuevo reto
La dirección deportiva encabezada por Deco, tiene ahora el reto de diseñar un nuevo plan para el Barça Atlètic. La prioridad será devolver al filial a la Primera Federación lo antes posible, sin descuidar el enfoque formativo que ha caracterizado históricamente a la Masia.
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