El brasileño lideró la victoria ante un sólido Osasuna que confirma al estadio como un bastión desde el regreso
El Spotify Camp Nou cerró el año como lo que ya es desde su reapertura, un bastión inexpugnable. El Barça de Hansi Flick se impuso por 2-0 al Osasuna en un partido espeso, aunque son de esos que consolidan lideratos. Este tipo de encuentros explican por qué el equipo duerme en lo más alto de la tabla, no fue brillante, pero sí eficaz. Y cuando el partido parecía condenado al bloqueo eterno, emergió Raphinha para derribar el muro rojillo con un doblete decisivo.

Picar piedra ante el muro rojillo
El Osasuna de Alessio Lisci ya sabía a lo que venía. El plan era una defensa cerrada, ayudas constantes y transiciones rápidas con la velocidad de Victor Muñoz buscando a Budimir. El Barça asumió el guion, monopolizó la posesión y atacó en estático, consciente de que el partido exigía paciencia. Lamine Yamal sufrió un marcaje múltiple que limitó sus desequilibrios, mientras Rashford y Ferran buscaban espacios que apenas aparecían. Aun así, el conjunto de Flick acumuló llegadas, tiros lejanos y centros laterales, chocando una y otra vez con la muralla navarra y con un Sergio Herrera inspirado.
Cuando el partido amenazaba con enquistarse, apareció la figura del capitán ya en la segunda parte. La conexión entre Pedri y Raphinha desbloqueó el encuentro en el minuto 70 de partido. Recuperación, conducción del canario y disparo seco del brasileño para abrir el marcador. El gol hizo justicia a la insistencia azulgrana. Poco después, y ya con Osasuna tocado, Raphinha volvió a estar en el lugar adecuado para empujar el segundo, certificando una victoria que llevaba su firma.

Pedri pone la música
Más allá de los goles, el control del partido tuvo nombre propio. Pedri manejó los tiempos con inteligencia, aceleró cuando tocaba y enfrió el duelo en los minutos finales. Su influencia fue creciendo a medida que Osasuna acusaba el desgaste y el Barça encontraba más claridad entre líneas. El Camp Nou, consciente, acompañó cada posesión larga como quien protege un tesoro.
El Spotify Camp Nou vuelve a ser un fortín. Tres partidos, tres victorias y una sensación de seguridad que refuerza al líder antes del parón navideño y del regreso ya en 2026. No fue una noche de brillantez constante, pero sí de madurez competitiva. Y en la lucha por los títulos, eso vale oro.

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