El miércoles en el partido de Champions League, sin la grada de animación del Barça, sólo se oyó rugir a la afición del Paris Saint-Germain.
El FC Barcelona se enfrentó este miércoles al equipo que dirige Luis Enrique en un auténtico partidazo (1-2), correspondiente a la segunda jornada de la fase de liga de la máxima competición de clubes europea. Los de Hansi Flick tuvieron buenos momentos, pero en Montjuïc reinó el fútbol de los parisinos. Además de los dos puntos perdidos, lo preocupante de este encuentro fue que el estadio apenas hizo ruido para animar a los culés.
Sin grada de animación aún activa, los únicos que verdaderamente hicieron ruido en la montaña mágica fueron los 3.000 aficionados desplazados desde París. El Barça no sólo perdió en el césped, también lo hizo en las gradas.

A pesar de que más de 50.000 culés llenaron el Estadio Olímpico Lluís Companys hasta la bandera e intentaron animar a los suyos, todo fue en vano, ya que faltaba la añorada sección que coordina los cánticos. El ambiente estaba muy caliente, pero los visitantes saltaban y gritaban como un coro salvaje.
El PSG, acompañado por sus fieles seguidores, venció sobre la bocina
El compromiso de los hinchas del PSG tuvo premio: durante todo el segundo tiempo los de Lucho dominaron en todas las facetas —salvo algunos minutos de acoso de los culés— y Gonçalo Ramos marcó el gol de la victoria en el último minuto. Los futbolistas visitantes se acercaron a celebrar en el córner donde estaban situados los aficionados franceses.
Sin duda, fue una noche de felicidad para unos y de incertidumbre y reflexión para otros. El Barcelona ofreció un gran espectáculo, mostrando competitividad, aunque todavía le falta el nivel necesario para imponerse al campeón de Europa. Sin su grada de animación, todo se vuelve más difícil en noches como esta.
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