Lucy Bronze, exjugadora del FC Barcelona, explica cómo su condición le ha ayudado a entenderse mejor, a superar desafíos dentro y fuera del campo y a potenciar su rendimiento en el fútbol de élite.
Lucy Bronze, jugadora del FC Barcelona por dos temporadas y actual defensora del Chelsea, ha revelado en una entrevista con la BBC que fue diagnosticada con autismo y TDAH en 2021, cuando tenía 29 años. La futbolista inglesa explicó que su madre siempre había sospechado que podía tener estas condiciones, pero no fue hasta una concentración con la selección inglesa cuando obtuvo la confirmación médica. «No cambió nada en esencia, pero fue una revelación«, afirmó. «Simplemente aprendí más sobre mí misma, entendí por qué en ciertas situaciones veía las cosas o actuaba de forma diferente a los demás«.

Desde pequeña, la zaguera de Berwick-upon-Tweed enfrentó dificultades de aprendizaje, siendo diagnosticada inicialmente con dislexia. En la escuela, tenía problemas con la lectura y la ortografía, además de dificultades para dormir debido a la constante actividad de su mente. «Mi cerebro va a mil por hora, incluso en la cama«, confesó. A lo largo de su vida, desarrolló estrategias para encajar socialmente, imitando los comportamientos de otras personas. «Observaba a Jill Scott y cómo hablaba con la gente. Pensé en copiarla un poco«, explicó sobre sus primeros años con la selección inglesa.
El diagnóstico de autismo y TDAH le permitió entender ciertos aspectos de su personalidad, como su hiperfocalización en el fútbol. «No sé si diría que soy apasionada, sino obsesionada. Es parte de mi autismo«, reveló. Su entrega al deporte ha sido una constante en su carrera, lo que le ha permitido destacar como una de las mejores laterales del mundo. Ha ganado cinco Champions League, tres con el Olympique de Lyon y dos con el Barça, además de ser pieza clave en la Eurocopa que Inglaterra conquistó en 2022.

La futbolista también habló sobre los desafíos que ha enfrentado para adaptarse a las normas sociales. «Abrazar a la gente, hacer contacto visual cuando hablas, esas dos cosas tuve que aprenderlas porque se consideran la norma y me resultaron muy difíciles«, confesó. Durante años, sintió que tenía que modificar su comportamiento para que los demás se sintieran cómodos, a pesar de que eso la hacía sentirse más incómoda a ella. A lo largo del tiempo, ha aprendido a aceptar su manera de ser y a no forzarse en situaciones que no le resultan naturales.
A pesar de los retos, Lucy Bronze reconoce que su autismo y TDAH han sido clave en su éxito deportivo. «El ejercicio es algo realmente bueno para el TDAH y el autismo. Tener esa concentración, algo que hacer, mantenerse en movimiento. Entrenar todos los días es increíble para mí«, explicó. Su hiperfocalización en el fútbol la ha llevado a involucrarse en todos los aspectos del juego, desde el entrenamiento hasta la gestión y la preparación física. «Estoy obsesionada con todo«, aseguró la futbolista, quien no tiene dudas de que seguirá ligada al fútbol cuando se retire.
La exjugadora del Barça es un claro ejemplo de que la neurodiversidad no supone un obstáculo para el éxito en el deporte de élite, sino una característica que, bien canalizada, puede convertirse en una fortaleza. Su testimonio es un paso importante para visibilizar el autismo y el TDAH en el fútbol profesional y romper estigmas sobre estas condiciones. «Es importante que todos comprendan las diferencias entre las personas«, destacó la británica, quien sigue demostrando en cada partido por qué es una de las deportistas más destacadas del fútbol femenino.
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