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Real Madrid - Barça: Por los triples

Actualizado: 30 may

Los blancos se llevan el primer asalto de las semifinales (97-78), gracias a un Sergio Llull decisivo en el tramo final. Ricky Rubio y Laprovittola plantaron cara, pero el acierto desde el exterior del Real Madrid, anuló el esfuerzo de los azulgrana.


Comenzaba la ronda de 'Clásicos' en el WiZink Center de Madrid. Se avecina una serie de encuentros trepidantes entre dos equipos que luchan por el campeonato. Sólo uno podrá pasar a la final y levantar el trofeo de la Liga Endesa. Ninguno tuvo suerte en Euroliga, sobre todo un Real Madrid que llegaba herido tras caer en la final. Los merengues todavía seguían abatidos después de la fatídica noche en Berlín. Además tenían que lidiar con el eterno rival con sed de venganza por la derrota en Copa del Rey

El escurridizo 'Facu' y el imponente Tavares asumieron los mandos desde el principio; el argentino se escabullía y el pívot se adueñaba de la pintura. Roger Grimau se veía obligado a cortar la hemorragia y llamaba a los suyos al verse ocho por debajo (17-9). Satoranský no le perdía la cara al encuentro, pero los azulgrana erraban tiros claros desde el exterior. Por otro lado, Willy Hernangómez entraba para intimidar al gigante de Cabo Verde. Aún así, éste gobernaba los rebotes defensivos y las transiciones rápidas eran un lastre para los culés. La guinda la ponía el 'Chacho' para poner el +10 en el luminoso cuando terminaba el primer cuarto (24-14). 

El Barça reaccionó de inmediato mejorando la intensidad defensiva y Chus Mateo solicitaba su primera pausa. Gracias a Da Silva, el FC Barcelona recortaba y, con un parcial de 10-2 favorable, caía otro tiempo muerto local. El empate llegaba y el marcaje férreo individual surtía efecto. La tensión se palpaba en las gradas y se contagiaba en la pista. Una técnica a Sergio Llull encendía al pabellón merengue y estallaba contra el árbitro. Pero tras una antideportiva a Satoranský y una bomba de Campazzo, Grimau paraba el partido. Respiraban los madridistas, pero Parker sacaba la rabia antes de un descanso que llegaba con un inverosímil de Yabusele (44-36). 


La segunda mitad no arrancaba bien y se alcanzaba la máxima desigualdad en el electrónico (51-38). El entrenador del Barça tuvo que reaccionar de inmediato a una racha considerable en contra. La bola de nieve no se detenía y el Real Madrid castigaba con un 25-5 devastador. Más de veinte puntos por debajo tras la salida de vestuarios y la crispación iba en auge, mientras Laprovittola veía la técnica. Aún así, el argentino no se rendía y montó una cruzada individual por su cuenta para no tirar la toalla. Chus Mateo quería prevenir y paraba para advertir a sus jugadores tras un parcial de 13-3 para los culés. 



Ricky Rubio se sumaba a la fiesta de los bajitos, pero dos decisiones arbitrales cuestionables impedían estrechar el marcador antes del último cuarto (72-62). Los azulgrana bajaban de los diez y se metían de lleno en la batalla, pero tres mandarinas de Llull frenaban la remontada. Roger Grimau quiso aplacar al de Mahón y pidió tiempo muerto para que no se escapara el choque.


El mallorquín estaba de dulce y las enchufaba desde la isla, pero el Barça no se daba por vencido (87-71). Aún así, los locales veían el aro enorme y encestaban sin parar mientras corría el reloj. La racha de 17-9 era una losa demasiado pesada a falta de cuatro minutos. El partido se estaba haciendo largo y la pista era un jolgorio. Tiraba de orgullo un FC Barcelona cansado y superado para maquillar el resultado final (97-78). El viernes tocará regresar y ganar para lograr el factor cancha.


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