La maldición del número '7'
Coutinho, Griezmann, Dembélé y Ferran Torres han sido los últimos jugadores en vestir este dorsal, siendo este último el actual y más reciente. Desde David Villa, no se conoce ningún '7' que haya triunfado en Can Barça.
El 'número siete', símbolo de la totalidad y la perfección, es un dorsal mítico en la historia del fútbol, asociado a jugadores icónicos que han dejado su huella en los equipos que lo han portado. Sin embargo, en el FC Barcelona, parece estar envuelto en una especie de “maldición” que ha afectado a varios de los grandes nombres en los últimos años en Can Barça.
Desde la llegada de Philippe Coutinho hasta la actualidad con Ferran Torres, los jugadores que han vestido este número han visto cómo sus carreras no han podido alcanzar la gloria, ya sea por lesiones, mal rendimiento o incluso no tener la regularidad suficiente que se le pide a los cracks para triunfar en un club.
David Villa ha sido el último gran 'número 7' que ha pasado por las filas azulgranas. En la historia reciente, pocos jugadores han honrado este dorsal con la misma efectividad y éxito que Villa. Llegado al club en 2010 tras brillar en el Valencia y ser pieza clave de la selección española campeona del mundo, no solo estuvo a la altura de las expectativas, sino que se convirtió en un referente ofensivo durante una de las épocas más gloriosas del club.
Su legado en el Camp Nou contrasta fuertemente con la “maldición” que parece haber afectado a quienes lo sucedieron, lo que lo consagra como el último gran número ‘7’ del Barça.
El fichaje más caro en la historia del club
El 6 de enero del 2018, el Barcelona rompió el mercado de fichajes al pagar 160 millones de euros por Philippe Coutinho, convirtiéndolo en el fichaje más caro de su historia. Se esperaba que el brasileño tomara el relevo de Neymar y aportara creatividad, goles y magia al equipo. Sin embargo, lo que prometía ser una incorporación estelar, rápidamente se convirtió en una gran decepción.
Coutinho nunca logró adaptarse al estilo del Barça, ni encontró su posición ideal en el esquema táctico del equipo. Se decía que era un mediapunta que podía jugar en banda, pero en el estilo de juego del Barcelona en aquella época nunca logró asentarse. Probó a jugar de extremo, de mediocentro e incluso en su segunda etapa en el club, tras volver de la cesión del Bayern de Múnich, Ronald Koeman lo probó de mediapunta, pero no hubo remedio.
Su rendimiento fue inconsistente y su confianza se fue desmoronando a medida que pasaban los partidos. Lesiones, falta de ritmo y la incapacidad de brillar en los momentos clave acabaron marcando su paso por el club. Finalmente, fue cedido y transferido, dejando tras de sí un enorme vacío entre lo que se esperaba y lo que realmente aportó. Su fichaje fue uno de los más decepcionantes de la era moderna del club.
El crack mundial que nunca encajó
Antoine Griezmann llegó al Barcelona en 2019 como uno de los mejores jugadores del mundo, tras brillar durante años en el Atlético de Madrid y con la selección francesa, recientemente campeona del mundo. El club blaugrana desembolsó 120 millones de euros para hacerse con los servicios de un futbolista que prometía elevar el nivel del ataque culé. Sin embargo, el resultado fue muy diferente.
A pesar de su talento indiscutible, Griezmann nunca encontró su lugar en el equipo. Las tácticas de Ernesto Valverde, Quique Setién y Ronald Koeman lo relegaron a posiciones que no favorecían sus mejores cualidades. Siempre fuera de su zona de confort, no pudo establecer una conexión sólida con Messi ni ofrecer el rendimiento que se esperaba de él.
A pesar de algunos momentos destacados, su paso por el Barça fue, en general, una gran decepción y acabó regresando al Atlético sin haber dejado una huella significativa en el club.
Un talento opacado por las lesiones
Ousmane Dembélé, a pesar de haber llegado con el dorsal 11, también experimentó la maldición de la ‘7’ tras tomar el número en 2021. Tras la marcha de Neymar, el Barcelona apostó fuerte por el joven francés, invirtiendo más de 100 millones de euros para traerlo desde el Borussia Dortmund en 2017. Dembélé prometía ser la próxima gran estrella del fútbol europeo, con su velocidad vertiginosa y su gran capacidad para jugar con las dos piernas. Sin embargo, las lesiones se convirtieron en su peor enemigo.
Desde su llegada, Dembélé sufrió una serie interminable de problemas físicos que le impidieron tener continuidad. A pesar de mostrar destellos de su inmenso talento, las repetidas recaídas hicieron que fuera un jugador frustrante para los aficionados. Cada vez que parecía estar listo para despegar, una nueva lesión bloqueaba sus aspiraciones. En su paso por el Barcelona, nunca alcanzó el nivel esperado y su rendimiento estuvo marcado por el infortunio más que por su calidad.
La promesa que no termina de despegar
El caso más reciente es el de Ferran Torres, quien llegó al FC Barcelona en enero de 2022 como una joven promesa con un gran futuro por delante. Con 55 millones de euros pagados al Manchester City, Ferran fue visto como una pieza clave para el rejuvenecimiento del ataque del Barça. Sin embargo, al igual que sus predecesores con el dorsal 7, su rendimiento no ha cumplido con las expectativas.
A pesar de su juventud, Ferran Torres ha sido un jugador irregular en el campo, mostrando destellos de calidad en algunos partidos, pero sin mantener una consistencia que lo consolide como un referente en el equipo. Su falta de contundencia en momentos clave y la competencia que existe hoy en día en la plantilla han dejado dudas sobre si él será capaz de romper con la maldición que pesa sobre este número en el club, o en cambio, será otro el encargado de hacerlo.
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