El FC Barcelona afrontará las semifinales de la Champions League con la moral por las nubes, después de ganar la Copa del Rey. La remontada frente al Real Madrid fue otra de las grandes noches que los azulgrana han protagonizado este curso. Algunas de ellas ante rivales como: Benfica, Bayern de Múnich, Borussia Dortmund…y pretenden sumar a los italianos a esa lista.
Apenas sin tiempo para celebrar y mucho menos pasar por Canaletas, el Barça disputará, en solo cinco días, dos partidos cruciales para el devenir del curso. El primero de ellos fue saldado con nota, tras superar al eterno enemigo en La Cartuja. Tercera victoria en un clásico esta temporada en la que la Copa del Rey está en el bote, LaLiga a tiro y la Champions a tres encuentros. Lejos de mostrar síntomas de flaqueza o vértigo, el FC Barcelona se ha empeñado en pasar página.
El viejo continente no parece intimidar como antaño y menos bajo el mando de un hombre que ya sabe lo que es conquistarlo; Hansi Flick. El ex del Bayern de Múnich logró un triplete que quiere volver a repetir en su primer año en la Ciudad Condal. Tan inflexible que no tuvo piedad al reencontrarse con sus compatriotas, a los cuales vapuleó con un póker en Montjuïc. Tampoco se dio por vencido frente a un Borussia Dortmund que elevó el muro amarillo hasta que el Signal Iduna Park se dio cuenta que era imposible.
Una impotencia que el Benfica sintió hasta tres veces; primero en la liguilla y luego en octavos de final. Una frustración reflejada en un Bruno Lage perplejo y visiblemente enfadado cuando el Barça le daba la vuelta a un 4-2 en Da Luz. Lógico que los portugueses quisieran vengarse en las eliminatorias. Pero ni siquiera con la expulsión de Cubarsí a los veintidós minutos, fueron capaces de doblegar a los culés. Todo un ejemplo de superación que sirvió para aguantar e incluso vencer con el mismo verdugo; Raphinha.
Vendetta
El azote de los lusos no tuvo bastante y, con su doblete, el carioca señalaba un camino que los azulgrana siguen recorriendo imparables. Hacia una semifinal donde el Inter también trae muy malos recuerdos. Incluso en tiempos felices como los vividos con un Guardiola que lidiaba con su archienemigo; Mourinho. En la campaña del 2009/10, en la que, a pesar de superar a los nerazzurri en dos de los tres choques, fueron los transalpinos los que acabaron levantando la orejona. Apeados en un Camp Nou donde los aspersores y el himno terminaron con el regodeo de The Special One.
El discípulo de Pep, Xavi, también vivió uno de los peores momentos, tanto de la entidad como de los precedentes contra los milaneses. Además de disputar la Europa League, prácticamente después de su llegada, el egarense también fue privado de los cruces y se despidió en la fase de grupos hace dos años. En gran parte, debido a que el Barça no pudo sumar los tres puntos ni en el Giuseppe Meazza ni en casa. Aquello, más la superioridad del Bayern de Múnich, condenó a los blaugrana a una travesía por el desierto donde, tras una década, se ve más cerca el paraíso.
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